Directoras y directores de Unidades Ejecutoras del CONICET de Tucumán alertan sobre las graves condiciones que vienen afectando las tareas de investigación y vinculación de nuestros institutos, en franco desmedro de proyectos en curso e impidiendo planificaciones a futuro. La causa evidente de esta situación es el drástico ajuste presupuestario a las instituciones científicas argentinas, entre ellas al CONICET, que aportan conocimiento y propuestas al desarrollo tecnológico y social de nuestro país. Destacamos que:
1) Durante el año 2018 los institutos trabajaron sin que se hubieran aprobado los correspondientes presupuestos para gastos de funcionamiento. En la práctica, la mayoría terminaron recibiendo un monto menor al asignado en el presupuesto 2017 (a lo que debe agregarse los negativos efectos de la alta tasa de inflación interanual). Por su parte, los institutos de reciente creación no recibieron monto alguno en 2018. Por tal razón los gastos indispensables para mantener las actividades de investigación y vinculación de los institutos no pudieron ser cubiertos con ese exiguo o nulo desembolso. Se llegó a la inaceptable situación de investigadores que tuvieron que aportar de sus bolsillos las sumas necesarias para el desarrollo mínimo de sus tareas.
2) El Estado nacional no gira al CONICET fondos comprometidos de proyectos aprobados, determinando su virtual parálisis y poniendo en riesgo su continuidad, como los proyectos PIP 2015; tampoco se ha desembolsado fondos para los proyectos PIP 2017-19; los Proyectos PUE, que originalmente habían permitido avizorar optimistas perspectivas de crecimiento y consolidación de los institutos, también resultaron gravemente afectados. A su vez, nunca se recibieron los fondos para la adquisición de equipamiento (contemplados en los proyectos PUE), ni cuando se instruyó en 2017 reencauzar las solicitudes a la Agencia (ANPCyT). En 2018 sólo se recibió, en las postrimerías del año, poco menos de la mitad de los fondos presupuestados para funcionamiento. Corresponde señalar que estas demoras, considerando el proceso inflacionario y la depreciación del peso frente al dólar, han ocasionado que los valores estimados para el desarrollo de los proyectos hayan quedado muy por debajo de los valores reales de hoy. El equipamiento científico a adquirir (valuado en dólares o euros) se ha tornado inaccesible para los montos previstos.
3) La pérdida del poder adquisitivo de los salarios –que afecta la calidad de vida de las personas– ha colocado a los investigadores, técnicos y becarios argentinos entre los peor retribuidos de la región. Huelga comentar el efecto negativo sobre las investigaciones que esta situación genera.
4) Se ha recortado drásticamente el número de ingresantes a la Carrera del Investigador Científico del CONICET (intempestivo si se tienen en cuenta los lineamientos aprobados por el Plan Argentina Innovadora 2020), con lo que quedaron fuera del sistema recursos humanos muy calificados. Esto no sólo esteriliza y dilapida la inversión del Estado y la de las/os investigadores/as que han dedicado tiempo y esfuerzo en esa formación, sino que además priva a los institutos de personal indispensable para el desarrollo de las investigaciones. No está demás mencionar el costo humano que significa dejar truncados muchos proyectos de vida de seres humanos que habían consagrado su vida a la ciencia.
5) Como se ha venido ilustrando en distintos medios, esta situación promueve el éxodo de investigadores/as a universidades e instituciones del llamado Primer Mundo, que acaban beneficiándose de los recursos humanos formados con la inversión pública argentina.
6) En cuanto a las/os becarias/os actualmente en actividad, aun cuando había quedado acordado que serían beneficiado/as con las mismas mejoras salariales que se establecieran para el resto del personal del CONICET, tales adecuaciones sólo se hacen efectivas con movilizaciones y protestas, las que no dejan de afectar el ritmo de las investigaciones.
7) Desde fines de 2017 los miembros de la Carrera de Personal de Apoyo (seleccionados a través de exigentes concursos) se incorporan a los institutos bajo un régimen llamado “Pasantías de Estancias Cortas”, lo que implica una situación de precarización laboral que no se corresponde con el estatuto del CONICET. En muchos casos esta situación irregular ha sobrepasado largamente el límite de un año que está fijado para dichas Pasantías.
8) La suspensión casi total de la incorporación de personal contratado, incluyendo el personal de planta transitoria previsto en el artículo 9 de la Ley del Empleo Público, genera múltiples dificultades para el normal funcionamiento de los institutos, en tanto este régimen es el previsto para el desempeño de funciones administrativas y contables en el CONICET. Frente a la situación algunos institutos de reciente formación carecen lisa y llanamente de personal para estas funciones, que deben ser asumidas por las/os directoras/os o investigadores/as, con escasa o nula preparación profesional al respecto. El apoyo y la buena voluntad del personal de la Unidad de Administración Territorial evita que esta odiosa situación derive en la paralización total de los institutos.
9) La mejora y ampliación de infraestructura se ha paralizado en los últimos años. En el curso de 2015, nuestros institutos presentaron en la convocatoria correspondiente proyectos con las necesidades que en ese momento resultaban imprescindibles. La convocatoria, finalmente, se discontinuó sin aclaración alguna. Puede fácilmente deducirse que cuatro años después estas necesidades son más imperiosas habida cuenta del deterioro natural edilicio y de la infraestructura de servicios.
10) La sumatoria de las dificultades enumeradas da una idea de la gravedad de la situación en que se está desenvolviendo el trabajo de investigación en los institutos del CONICET radicados en Tucumán, muchos de los cuales son de dependencia compartida con la UNT y con otras instituciones del medio (Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, Fundación Miguel Lillo, SIPROSA), comprometiendo no sólo el trabajo actualmente en curso, sino también las perspectivas de crecimiento futuro, tanto más inquietante para una institución clave para el desarrollo tecnológico y social y que posee un altísimo reconocimiento y prestigio internacional. En un contexto en el que el 95% del presupuesto del CONICET está destinado al pago de salarios (una proporción evidentemente inapropiada para la satisfacción de los requerimientos y los propios objetivos del organismo), este cuadro de situación debe ser inmediatamente remediado, pues la riqueza y el progreso de los países está en correlación directa con las inversiones en ciencia tecnología.
11) En consonancia con lo expuesto, adherimos a las demandas aprobadas en la ciudad de Córdoba el 13 de abril pasado por el plenario de directoras y directores de los institutos del CONICET, que incluye un aumento de emergencia del presupuesto del CONICET en magnitud suficiente para garantizar el funcionamiento de los Institutos, el cumplimiento de proyectos aprobados y la actualización de salarios y becas; la prórroga de las becas de los jóvenes excluidos hasta la resolución del próximo concurso de ingreso a la Carrera del Investigador Científico y aumento sustancial en el número de vacantes a fin de revertir el deterioro sufrido en los últimos años y retomar una senda de crecimiento; la inmediata normalización del Directorio del CONICET con la designación de los miembros electos por sus pares hace un año y la restitución del rango de Ministerio a la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
12) El anuncio del día de ayer de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva recoge parte de esas aspiraciones. Celebramos el incremento presupuestario al área, la designación de los doctores Alberto Kornblihtt y Mario Pecheny como directores del CONICET y los fondos destinados a la adquisición de equipamiento sobre la base de la convocatoria PICT-E 2017, que aliviarán en parte el estado de situación arriba descripto en caso de concretarse. Sin duda los persistentes reclamos de la comunidad científica y la positiva acogida que despertó en la opinión pública sus irrefutables argumentos han inspirado esta razonable medida del gobierno nacional. Estaremos atentos a su cumplimiento en tiempo y forma, a la vez que reivindicamos nuestro derecho y deber de manifestar nuestras opiniones en aras de la revitalización de la ciencia y la tecnología argentinas, siempre al servicio del pueblo y la Nación.
Tucumán, 22 de mayo de 2019
Firmas:
- Ricardo Kaliman, Instituto de Investigaciones sobre el lenguaje y la Cultura (INVELEC)
- Juan Carlos Díaz Ricci, Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (INSIBIO)
- Mario Devani, Instituto Tecnológico Agroindustrial del Noroeste Argentina (ITANOA)
- María Inés Islas, Insituto de Bioprospección y Fisiología Vegetal, (INBIOFIV)
- Néstor Katz, Instituto de Química del Noroeste Argentino (INQUINOA)
- Gustavo Scrocchi, Unidad Ejecutora Lillo (UEL)
- Virginia Abdala, Instituto de Biodiversidad Neotropical (IBN)
- Graciela Tonello, Instituto de Luz, Ambiente y Visión (ILAV)
- David Comedi, Instituto de Física del Noroeste Argentino (INFINOA)
- Daniel Campi, Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES)
- Guillermo Aceñolaza, Instituto Superior de Correlación Geológica (INSUGEO)
- Mario Arena, Instituto de Biotecnología Farmacéutica y Alimentaria (INBIOFAL)