Falleció la profesora Leonor Colombo de Cudmani, impulsora de la investigación en enseñanza de la Física en el país

Fue docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología y designada Profesora Emérita de la UNT. Una semblanza aportada por el ingeniero Tagashira, de la Sidetec.
A la señora de Cudmani la distinguían una cantidad de valores humanos y académicos que le merecieron el reconocimiento de su Universidad y el afecto de sus discípulos. Hoy me resulta difícil escribir ordenadamente sobre eso –seguramente en la fundamentación de su designación como Profesora Emérita de la UNT puede encontrarse una buena imagen de la calidad que demostró como universitaria y científica- pero desearía señalar algunos rasgos de su personalidad que me impresionaron. Chichí era muy agradecida con quienes habían sido sus maestros y compañeros de tarea, había descubierto la Física gracias a la pasión y el conocimiento que le mostraron personas que conoció en su niñez y juventud, como el sacerdote J.M. Cazes, el Dr. José Würschmidt y el Dr. Brodersen, a quienes tomó como modelo. Se convirtió, al igual que ellos, en una apasionada por el conocimiento: estudió, investigó y enseñó, formando generaciones de profesionales y científicos.

En un momento, su vocación docente predominó y desde esta provincia acompañó a Alberto Maiztegui –el mismo del célebre texto escrito con Sábato, Introducción a la Física– en la encomiable empresa de establecer una escuela argentina de enseñanza de la física. Esta trayectoria no se paralizó ni siquiera el día en que enfermó y debió ser operada, porque Leonor aprovechó su delicada convalecencia para… desentrañar un extenso tratado de filosofía de la ciencia de Mario Bunge. Lo contaba luego como quien informa sobre su año sabático, había podido concentrarse en el tema a pesar de la terapia química. Siguió obediente a su pasión y logró conformar en Tucumán el grupo de investigación en enseñanza que la reflejaba (y admiraba). Merecía tal agradecimiento, porque Chichí, la señora de Cudmani, no escondía ni un detalle de lo mucho que sabía. Hace unas semanas pidió que la visitara para entregarme material sobre la historia del Instituto de Física que tanto quiso.