Ciencia y federalismo: Las fronteras del conocimiento y la extensión de la Nación
Por Roberto Tagashira
Desde su descubrimiento por los navegantes europeos hace cinco siglos, el actual territorio argentino fue explorado, investigado y transformado en toda su extensión.
Sus tesoros paleontológicos y arqueológicos, la vida vegetal y animal, la diversidad biológica y los recursos naturales extendidos de norte a sur y desde las altas cumbres de la Cordillera a la profundidad del mar, fueron estudiados buscando su aprovechamiento.
Hasta que se crearon los primeros museos nacionales (en Buenos Aires, Paraná, La Plata, Entre Ríos, Córdoba y otras localidades argentinas), ese patrimonio alimentó exposiciones extranjeras. Era, como dijo Hebe Vessuri, ciencia europea hecha en América: realizada por los hombres del viejo continente, bajo sus modalidades y para cubrir sus intereses.
La Revolución de Mayo fue ilustrada, y sus impulsores intentaron establecer desde el Estado una nueva relación entre la humanidad, el conocimiento y la historia (europeos). Pero recién con la Organización Nacional hubo posibilidad de generar instituciones académicas al servicio de la Nación.
Hoy, las riquezas de nuestro suelo y la energía de los elementos junto al trabajo de los argentinos siguen alimentándonos y dándonos la esperanza de un futuro para todos.
Sin embargo, según nuestra visión, a la fecha no superamos dos graves restricciones en el objetivo de crear y aprovechar el conocimiento como herramienta para desarrollar el país:
1. La relación de la actividad científica con los problemas estratégicos de los argentinos (productivos, sociales, de inclusión y gobernanza, de relaciones continentales e internacionales, de sostenibilidad, etc.)
2. El marco implacable de un país centralista, que mira desde un lugar acotado esos mismos temas: la producción, la inclusión social, las relaciones internacionales, la sostenibilidad. En esencia, las fronteras políticas y culturales que cercan por dentro a la Patria.
Los datos son fuertes: en un país extenso donde hay mucho para conocer y aprovechar, la I+D en Argentina muestra una fuerte concentración de inversión en Ciencia y Tecnología en cinco jurisdicciones. Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe concentran el 75% del financiamiento estatal.